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Recursos Asteropel en I.E.

+ sobre el trabajo en inteligencia emocional, inter e intrapersonal

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Límites con amor

Uno de los beneficios de este abordaje integral, completo, es que enseña a los niños -y eventualmente a los papás que lo necesiten- a aprender a ejercer los límites desde la libertad, la confianza y la autonomía. Por ejemplo, cuando un niño traspasa el espacio vital del otro, sacándole bruscamente de la mano un lápiz, ante esto y sin reaccionar, es una buena oportunidad para experimentar a través de ese catalizador, otra forma de vínculo. Mostrarles por un lado, el campo natural de separación, colocando la mano en el medio de ambos de manera suave y tranquila, firme y asertiva. Para que ellos perciban, a través de esta acción, la visión del propio campo de protección: la energía que nos rodea y que debe ser respetada y resguardada como límite saludable.

Resolución de un conflicto

 

Le damos un tiempo especial dentro de la clase, abrimos un espacio, respiramos. Proponemos tratar el problema e incluimos a los compañeros para que, si así lo desean, aporten su visión. Hablamos con los protagonistas, preguntando a cada uno, sin suponer, corregir o juzgar, simplemente: “¿Qué paso?” Y decimos, “Te fijaste, al hacer eso, al sacárselo así, ¿Cómo se sintió Pedro?” Allí, en este espacio abierto a escucharse, a verse, ambos pueden salir del conocido sí-mismo para conectar y re-conocer al otro desarrollando la empatía. A su vez preguntamos también a Pedro: “¿Qué pasó?, y: ¿Cómo te sentís ahora? Permitiendo que haya un diálogo abierto para el problema, donde todos puedan expresarse, se va diluyendo naturalmente la carga inicial. Entonces, la anécdota “el lápiz es mío” como origen de la pelea, se desvía hacia la identificación de las emociones propias y del otro. Y lo más importante: el foco se traslada naturalmente hacia cómo manejar las emociones, a través de la comprensión en cada uno y la compasión y empatía con el compañero.

La “mágica” catarsis a través del arte

El arte funciona como canalización de emociones que a veces no pueden salir, ser expresadas. Y si lo son, suelen ser reprimidos por falta de conocimiento, contención o tiempo. Al ponerlos afuera y actuarlos, los niños experimentan una forma de catarsis muy sana propia del arte, donde identifican y descargan esa emoción y a su vez los compañeros, al percibirlo, actúan naturalmente como contenedores. He aquí un caso concreto, que describe el trabajo de I.E. en el taller. En tres clases el año pasado, aplicamos este objetivo en particular con un niño en el que observábamos expresiones de agresividad reiteradas. A través de la construcción de personajes, guión y títeres, desarrollamos una historia que representamos. Durante la segunda clase, estábamos ensayando la obra final con su escenografía, y aquel niño sólo proponía que haya guerra entre todos. Cuando se le propuso, “¿De qué forma podemos hacer que este personaje se tranquilice? El niño, de 5 años, luego de varios episodios donde descargaba su ira en la obra, reflexionó viendo las consecuencias en la escenografía compuesta por el grupo, y se le ocurrió darse un baño en “agua mágica” de descanso. Lo introdujo en el agua a su guerrero y en un instante cambió el carácter del personaje.

Luego de la actividad pudo estar en paz con sus compañeros y con él mismo, y hacia el final de la clase salió riendo por primera vez.

Contenidos: valores -virtudes

 

Toda técnica artística es un vehículo ideal para el trabajo de contenidos y valores: expresividad y auto-reconocimiento, autoestima, respeto e integración. Las virtudes que destacamos en las clases son la paciencia, la integridad, la escucha activa, la empatía, la expresión de la propia verdad, la perseverancia, el compartir, el asistir al compañero. Los contenidos del taller, sacan a la luz una serie de creencias que causan angustia para manifestarlas por ejemplo en juegos narrativos o pinturas. Cada clase, es una forma de acceder a estas capas de formación y educación emocional, y a través de los contenidos que vamos trabajando, abrimos el campo para la conformación sana del sistema de creencias que los niños están experimentando en su etapa inicial y que será el fundamento a lo largo de su vida. En la infancia es donde se conforman nuestros patrones de pensamiento que pueden condicionarnos si no accedemos a ellos haciéndolos conscientes, y los transformamos.

Estos ejemplos son para describir cómo, el taller funciona en la práctica como un espacio de transformación concreta a través del arte y del juego, del libre ejercicio de la expresión y dentro del marco de contención aplicando la inteligencia emocional que en primer lugar es desarrollada por el docente.

Si deseas más conocimiento en la práctica de nuestras herramientas y pedagogía, facilito un seminario formando a docentes y a padres a los cuales les interesa aplicar estos métodos con sus hijos. Puedes ver el programa aquí

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